¿Cómo planificar si eres malo haciendo planes?

Aprender a planear tu agenda y a organizar tu tiempo, puede ser un poco complicado, sobre todo si apenas estás iniciando en el mundo laboral. Esto considerando que no tienes la experiencia suficiente para saber cómo puedes rendir más en el trabajo y el método que más se adapta a tus necesidades al momento de realizar tus funciones.

Sin embargo, la falta de experiencia no es la única causa por la que puedes tener dificultades al momento de planear. De acuerdo con el libro titulado “Thriving in Mind: The Natural Key to Sustainable Neurofitness” escrito por Katherine Benziger, el cerebro de algunas personas está programado por naturaleza para mantener el orden, mientras que el de otras no cuenta con esta capacidad.

Según la explicación que se da en este libro, las personas que tienen mayor dominio de su hemisferio izquierdo se sienten mucho más cómodas siguiendo planes, además casi nunca piden ayuda, a no ser que se trate de una emergencia, y por lo general se sorprenden bastante de que algunos de sus colegas tengan tantas dificultades para hacer bien su trabajo.

Por el contrario, las personas que tienen mayor dominio de su hemisferio derecho gastan más energía planificando su día y siguiendo al pie de la letra su agenda. Sin embargo, esto no significa que estas personas no puedan adquirir las habilidades necesarias para aprender a planear, simplemente le tomará un poco más tiempo encontrar la manera adecuada de hacerlo.

En caso de que planear sea una tarea bastante complicada para ti, te invitamos a echar un vistazo a los tips que te damos a continuación:

Identifica tus fortalezas y debilidades

Lo primero que necesitas hacer antes de empezar a enumerar tus fortalezas y debilidades es informarte sobre las principales características de una persona que tiene mayor dominio de su hemisferio derecho. Esto te permitirá identificar datos más acertados para adaptar tus hábitos de acuerdo con tus gustos y necesidades. De este modo, podrás rendir mucho más en todo lo que realices en tu día a día y te será más fácil alcanzar tus metas.

Evita ocultar la complejidad de tu trabajo

Si bien es importante que seas positivo y que no te subestimes, también es importante que seas sincero con tu jefe y sobre todo contigo mismo. Si no tienes ni idea de cómo llevar a cabo una función, o si tienes dudas respecto a algún proyecto que te asignaron, no dudes en hacerle saber esto a tu jefe.

Ten presente que esto te ahorrar muchos problemas, en primer lugar, si intentas convencerte de que algo es muy fácil, cuando en realidad es bastante complicado, lo único que vas a conseguir es enojarte y frustrarte al darte cuenta de que las cosas no eran como las imaginabas. Probablemente, esta frustración te lleve a rendirte y a dejar tu trabajo a medias.

En segundo lugar, puedes conseguir que tu jefe se enoje muchísimo porque no hiciste un buen trabajo o porque no lo buscaste a tiempo para resolver las dudas que tenías. Así que ten mucho cuidado con este tipo de situaciones, deja la pena a un lado y hazle saber a tu jefe que a pesar de que tienes dificultades, estás dispuesto a superarlas. Además, recuerda que al resolver tus dudas te sentirás más tranquilo y tendrás la certeza de que todo lo estás haciendo bien.

Deja a un lado el pensamiento de todo o nada

Este tipo de pensamiento es muy característico de las personas que tienen dificultades para planear. Por lo general, consideran que si no siguen sus planes al pie de la letra y no logran hacer todo lo que se había propuesto, han perdido todo su tiempo y de nada ha servido su esfuerzo.

Si eres de los que piensa de esta manera, ten en cuenta que no todo puede ser perfecto, es posible que las cosas no salgan como esperabas, aparte es algo totalmente normal y le puede pasar a cualquier persona. Así que antes de sentir frustración porque no has tenido éxito en tu trabajo, intenta aprender lo que más puedas de cada experiencia y utiliza esto para perfeccionar cada día más tu trabajo.

Busca una metodología de trabajo que se adapte a tus necesidades

En lugar de obligarte a ti mismo a seguir una metodología establecida por tus superiores, intenta buscar una que funcione mejor con tus capacidades y necesidades. Por ejemplo, si eres de los que aprende mejor observando, aprovecha esta capacidad para mejorar tu planeación y tener un mayor rendimiento en tu jornada laboral. O si eres una persona muy despistada, puedes utilizar una App que te ayude a planear tu agenda, que termina marca lo que vas haciendo y te recuerde la fecha en que tienes que entregar cada proyecto.

Asesorate con otros colegas

Pregúntales a tus colegas de confianza qué piensan de tu desempeño y pídeles consejos para corregir lo que no funciona de manera adecuada. Así mismo, aprovecha esta oportunidad para resolver tus dudas con respecto a la realización de alguna de tus tareas. De igual manera, puedes hablar con tus colegas sobre las técnicas que ellos utilizan para rendir más en el trabajo, no importa si ya tienes tu propia metodología de trabajo, estos datos te pueden ser de gran ayuda para perfeccionar tu desempeño.

Por otra lado, a la hora de elegir a alguien para te ayude o te asesore, asegurate de que esa persona tenga una buena actitud y sea eficiente en lo que hace. Esto considerando que lo que necesitas en este caso son personas que te den ánimo y sobre todo que te ofrezcan soluciones efectivas.

Sé perseverante

Es fundamental que nunca te rindas, que a pesar de las dificultades continúes con toda la energía para alcanzar tu objetivo. Ten presente que todo es un proceso, así que seguramente cometerás algunos errores en el camino, por lo que no debes perder tiempo sintiéndote mal por estos. Por el contrario, necesitas  enfocarte en las soluciones para dichas dificultades, y sobre todo asegurarte de que este tipo de situaciones no se vuelvan a repetir. Entonces intenta mantener siempre una buena actitud y lucha siempre por tus objetivos.

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