¿Cómo lograr que la presión en el trabajo no se convierta en estrés?

Aunque es muy normal que sientas un poco de estés por la presión que te genera el trabajo, es muy importante que te asegures de que esta situación no llegue al extremo. Es decir que se convierta en un problema grave que te afecte mucho más de lo que esperas.

Por esta razón, es de vital importancia que empieces por entender que el estrés no es provocado por otras personas o situaciones externas, sino por las reacciones que tienes ante estos factores. Así que antes de culpar a tus colegas o a tus superiores por lo todo lo malo que te ocurre, piensa en que ellos también han tenido que pasar por situaciones muy complicadas y sin embargo sus niveles de estés son bastante moderados.

Por otro lado, recuerda que el hecho de deprimirte y pensar que no vas a poder superar tanta presión, únicamente te puede traer más problemas. Pues este tipo de pensamiento te limita y no te permite darte cuenta de que en realidad sí tienes todas las capacidades para salir bien librado de dicha situación.

Si consideras que este es tu caso y quieres saber cómo puedes solucionar esta situación, te invitamos a leer las recomendaciones que te damos a continuación para que evites que la presión que tienes en tu trabajo se convierta en estrés.

Despierta

Para empezar, es de vital importancia que evites a toda costa distraerte fácilmente mientras estás trabajando. Esto solo causará que pierdas completamente el foco de las cosas importantes para tu trabajo y que al final no tengas ni idea de cómo realizar ciertos procesos.

Por esto, cuando te encuentres en una reunión mantente muy atento a todas las recomendaciones que te da tu jefe. Así mismo, evita hablar de otras cosas con tus colegas y si puedes, toma apuntes de los aspectos más importantes y sobre todo participa activamente de la reunión.

Del mismo modo, ten presente que no siempre vas a poder reponer el tiempo que hayas perdido pensando o haciendo otras cosas diferentes a tu trabajo. Y esto puede afectar de manera significativa tu rendimiento como empleado, sin contar que puedes dejarle una muy mala imagen de ti a tu jefe.

Aprende a controlar tu atención

Cuando no estás completamente concentrado en tus tareas, y empiezas a pensar en cosas insignificantes o te distraes haciendo algo que no tiene nada que ver con tu trabajo, lo único que logras es aumentar el estés. Pues el tiempo que tendrás para terminar todo lo que te falta será mucho menor, y deberás hacer un mayor esfuerzo para entregar a tiempo tus proyectos. Aparte de esto, es posible que tu jefe no tenga paciencia y empiece a pedirte avances de lo que has hecho, lo que aumentará mucho más tu preocupación.

Por esta razón, te recomendamos tener una agenda donde escribas lo que tienes que hacer en cada jornada laboral y donde establezcas metas para un cierto periodo de tiempo. Así mismo, pon esta agenda en lugar visible o si puedes escribe todo lo que tienes que hacer en una hoja aparte y pégala en tu escritorio para que tengas más presente. Esto te ayudará a aprovechar mucho mejor el tiempo que tienes para realizar tus labores, y si se te presenta alguna dificultad, tendrás más tiempo para buscar una solución adecuada.

Pon los problemas en perspectiva

Para empezar, evita ahogarte en un vaso de agua y rendirte ante cualquier obstáculo que se cruce por tu camino. En lugar de concentrarte únicamente en las cosas malas que te ocurren, pon todo en perspectiva y determina de qué manera puedes corregir todo aquello que no está funcionando como debería.

Por otra parte, te recomendamos utilizar 3 técnicas para que nada te afecte en tu trabajo y te haga pensar que todo está perdido. En primer lugar, compara las dificultades que tuviste cuando empezaste a trabajar y las que tienes ahora, luego determina si estabas peor en el pasado o ahora que tienes más experiencia.

En segundo lugar, pregúntate cuán relevantes son los problemas por los que estás atravesando y piensa en lo peor que te podría pasar si no los lograr superar de manera eficaz. Probablemente, te des cuenta de que aún hay algo que se puede hacer y que además las cosas no son tan malas como crees.

En tercer lugar, identifica las ventajas que puedes obtener de esta situación y haz lo posible para que puedas alcanzarlas. De igual manera, diviértete con todo lo que hagas, mira siempre el lado bueno de lo que te sucede y demuéstrale a tu jefe que a pesar de las dificultades continúas dando lo mejor de ti para hacer un buen trabajo.

Supera las dificultades

Este es probablemente el paso más difícil, pues conseguir que los problemas no logren afectarte y por el contrario seas lo suficientemente fuerte para superarlo es un proceso que requiere esfuerzo. Por esta razón, queremos hacerte 3 recomendaciones que te pueden ser de gran ayuda en esta tarea.

Para empezar, acepta las cosas tal cual son, es decir evita ocultar lo que está mal por miedo a que te regañen o a tener un problema con tu jefe. Recuerda que ser sincero te ayudará a que tu jefe mejore la imagen que tiene de ti como persona.

Luego de aceptar que algo no funciona, asegurate de aprender muy bien tu lección. Analiza por qué se están presentando las cosas de esa manera e identifica todo lo que puedes aprender a partir de lo que te está pasando. Así no solo te será más fácil encontrar una solución eficaz a los problemas, sino que también podrás adquirir conocimiento para crecer como profesional.

Finalmente, actúa, busca las estrategias necesarias para corregir tus errores y al mismo tiempo para no volverlos a repetir. Por esto, es muy importante que antes de buscar estrategias analices muy bien qué es lo mejor que puedes hacer en este caso y si es posible pide asesoramiento a alguien que tenga mayor experiencia para que estés más seguro de que vas a hacer lo correcto.

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