Existe una gran variedad de buenos consejos para aprender sobre cómo ser productivo en la actualidad, pero la mayor parte de esos consejos te hacen sentir que necesitas convertirte en una máquina. Te damos algunos tips para convertirte en un empleado muy productivo que no serán tan difíciles de seguir y te ayudarán a tener éxito de tu carrera.
1. Comienza bien el día
El sonido del reloj de alarma no debe indicar: «Es hora de que comience el dolor». Así que disfruta un poco de la mañana y de lo que te pone de buen humor, permítete algo de esto. Mira la televisión, videojuegos, algo genial, cualquier cosa.
Investigaciones previas muestran que tu estado de ánimo en la mañana afecta tu productividad durante toda la jornada. En un estudio, se demostró que el estado de ánimo de los empleados cuando entraban tendía a afectar cómo se sentían en el resto del día. El estado de ánimo temprano de los empleados estaba vinculado a las percepciones de los clientes y a cómo reaccionaban ante el estado de ánimo de estos.
Lo más importante para los directivos, el estado de ánimo de los empleados tenía un claro impacto en el desempeño, incluyendo tanto la cantidad de trabajo que los empleados hacían como lo bien que lo hacían. Nunca serás tan productivo como deberías si no haces un pequeño esfuerzo para mejorar tus mañanas.
2. Ponle energía a tu creatividad
Las investigaciones muestran que hay una fuerte relación entre sentirse relajado y ser creativo. ¿Y cuál es la parte más relajante del día de la persona promedio? La ducha de la mañana.
Scott Barry Kaufman, profesor de la Universidad de Pensilvania, encontró que el 72% de las personas tienen nuevas ideas en la ducha y, de hecho, mucho más a menudo que cuando están en el trabajo.
Este estudio se hizo de manera internacional y se encontró que más personas reportaron tener grandes ideas en su ducha de lo que lo hicieron en la oficina. Desconcertante para muchos pero parecía que definitivamente habían algunos beneficios de estar en un estado de relajación. Tu mente puede estar llena de preocupaciones que se reproducen una y otra vez como una canción pegada en tu cabeza. Esta condición común tiene un nombre y una solución.
3. Cierra caminos para terminar con tus preocupaciones
Los investigadores lo llaman el efecto Zeigarnik. Se refiere a un hallazgo psicológico que describe nuestro estado mental cuando no hemos terminado una tarea estresante.
Cuando tienes algo que sabes que tienes que cuidar pero no has hecho nada al respecto, tu cerebro es como una aplicación de teléfono inteligente que te molesta y no se detendrá con las notificaciones. ¿Y adivina qué? El problema es aún peor de lo que pensabas. Esas preocupaciones constantes no son sólo molestas sino que induce a mucha ansiedad, los estudios muestran que también te hacen un poco estúpido en tu manera de actuar.
Entonces, ¿cómo se limpia la cabeza? Anota la preocupación junto con un plan rápido de lo que vas a hacer para abordarlo. Una vez que hayas hecho esto, tu cerebro podrá relajarse. Cierra el lazo y termina el efecto Zeigarnik.
4. Haz que los trabajos fuertes sean tuyos
Dan Pink, autor del bestseller de Drive: The Surprising Truth About What Motivates Us, dice que la investigación muestra que una de las claves de la motivación es un sentimiento de autonomía.
Piensa por un momento sobre los grandes artistas de los últimos cien años y cómo trabajaron gente como Pablo Picasso, Georgia O’Keeffe y Jackson Pollock. Nadie les dijo: «Deben pintar este tipo de cuadro, deben comenzar a pintar con precisión a las ocho y media de la mañana y deben pintar con las personas que seleccionamos para trabajar con ustedes».
Así que tómate cinco minutos antes de hacer una tarea horrible. En lugar de seguir mecánicamente un proceso estándar, piensa en lo que puedes aportar a esto. ¿Cómo elegirás manejarlo? ¿Cuánto de ti mismo puedes inyectar en el proceso? ¿Qué hará esto más interesante? ¿Cómo puedes aprovechar tus fortalezas o tus habilidades para hacerlo a tu manera?
5. Disminuye la dilación
Cualquier cosa que aumente tu percepción de control sobre una situación y, si realmente aumenta tu control o no, puede disminuir sustancialmente tu nivel de estrés.
Steve Maier, de la Universidad de Boulder en Colorado, dice que el grado de control que una persona puede ejercer sobre algo que crea estrés determina si el factor estresante altera su funcionamiento. Una y otra vez, los científicos ven que la percepción del control sobre un factor estresante altera el impacto del estresor.
Y no sólo debes confiar en la investigación, pues los astronautas, los soldados de las Fuerzas Especiales e incluso los Samurai están de acuerdo. Una sensación de control calmado puede reducir la cantidad de estrés en una tarea. Sin embargo, ¿cuál es la manera más fácil de conseguir ese control que fluye a través de tus venas?
David Allen, el responsable del popular sistema de productividad Getting Things Done, dice que a menudo nos sentimos estresados porque los proyectos parecen demasiado grandes y aterradores. Así que debes romper las tareas de intimidación en pequeños pasos que puedas manejar fácilmente.
6. Mantén tu progreso de manera visible
Probablemente tengas una lista de tareas pendientes. Pero apuesto a que no tienes una lista de «hazlo» o “cosas que debería hacer algún día”.
Josh Kaufman, autor de bestselling de The Personal MBA, dijo que una lista de «hecho» es una herramienta crítica. Te permite ver tu progreso. También la investigación de Teresa Amabile en Harvard encontró que la cosa más motivadora es el progreso en el trabajo significativo.
A través del Principio de Progreso, usando pequeñas victorias para encender la alegría, el compromiso y la creatividad en el trabajo. Este patrón es lo que llamamos principio de progreso. De todos los acontecimientos positivos que influyen en la vida laboral interna, el más poderoso es el progreso en el trabajo significativo. De todos los acontecimientos negativos, el único más poderoso es lo opuesto al progreso, que son los retrocesos en el trabajo.
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