5 consejos para responder constructivamente al feedback negativo

El feedback es un elemento que se ha vuelto cada vez más imprescindible dentro de las comunicaciones de todo tipo. En el entorno laboral, el feedback es un motor clave del desempeño y la efectividad.

Sin embargo, a veces puede suceder que el feedback que se recibe no es positivo y esto puede afectar a la productividad. Pero, por el contrario, tener un feedback negativo no debe ser tampoco un motivo para desmoralizar: permitirá tener una evaluación del desempeño y alertar sobre los posibles cambios que se podrían realizar.

Aunque hay muchos recursos disponibles responder constructivamente al feedback negativo, aquí separamos cinco consejos para ayudarte en el proceso de mejorar tu desempeño.

  1. Reacciona con calma. Cuando se recibe una crítica negativa, puede ser bastante natural reaccionar de manera también negativa. Esto porque un feedback negativo puede golpear nuestra autoestima. Una vez que se recibe un feedback de este tipo, lo ideal sería reconocer en principio los sentimientos que esto provoca para después analizar la situación en frío. Esto significa que de alguna manera hay que tomar distancia con la crítica para poder ver la situación desde otra perspectiva. Reaccionar “en caliente” no siempre traerá buenos resultados. Por ejemplo, si se recibe un feedback negativo, toma un tiempo para identificar cuáles son las otras condiciones que lo hacen un buen trabajador. Esto indudablemente ayudará a poner las cosas en perspectiva.
  2. Busca más datos. Una de las cosas que más pueden sorprender sobre un feedback es darse cuenta de que las otras personas no siempre son capaces de vernos tal como nos vemos a nosotros mismos. Al recibir un feedback negativo, se puede recibir más de una sorpresa. Pero, es necesario que en el proceso, podamos entender bien qué es lo que realmente está pasando. Para ello, una buena idea podría ser preguntar a otras personas del entorno si han notado la conducta que mereció el feedback negativo. Esto ayudará a que podamos contar con más de una opinión y podremos tomar decisiones más certeras que basándose en el criterio de una sola persona. Pero, hay que tener en cuenta que se debe asegurar que las personas a las que pidamos su opinión sean realmente honestas en sus respuestas.
  3. Muestra el cambio. Se ha recibido un feedback negativo. Se ha tomado un cierto tiempo para analizarlo y también se ha corroborado con otras personas sobre lo que se está haciendo mal. Entonces, lo lógico es que se modifique la conducta o el comportamiento. Pero, a pesar de que se realicen los cambios, no siempre las otras personas son capaces de percibirlos. Es más, es incluso más difícil cambiar las percepciones que las otras personas tienen sobre un determinado comportamiento que cambiar el comportamiento en sí. Ante esto, hay que tomar ciertas medidas que redundarán positivamente en la percepción de los cambios que puedan haber ocurrido. Se trata de realizar una especie de “relaciones públicas” de las mejoras sustanciales en el comportamiento. Podría ser realizar una acción que de alguna manera pueda ser vista notoriamente, por supuesto sin caer en las exageraciones. Esto tampoco significa que no haya que crear un plan para que el cambio sea verdadero, sólo que es posible realizar alguna acción que permita exponer un tanto más el cambio y de a las personas otra percepción.
  4. La soledad no es una buena consejera. En el caso particular de recibir un feedback negativo, hay varias consecuencias a nivel psicológico que ocurren en la persona. La más obvia, es como decíamos antes, un golpe a la autoestima. Otra consecuencia de un feedback negativo es que hay una tendencia a buscar la soledad luego de haber recibido una crítica de este tipo. Sin embargo, esto no es una buena idea: por el contrario, aunque pueda existir la tentación de sentir que todo es parte de una conspiración contra uno, aislarse será un error. En todo caso, alejarnos de las personas que nos han hecho algún tipo de feedback negativo no tendrá ningún resultado positivo. Al contrario, hay investigaciones que demuestran que aquellas personas que se alejaron de sus críticos, experimentaron disminución en su rendimiento tiempo más tarde. Otras investigaciones han revelado que aquellas personas que participan activamente en procesos de diálogo continuos en su entorno laboral son capaces de mejorar sustancialmente sus conductas negativas.
  5. Cambiar es sólo una opción. Con esto nos referimos a que no necesariamente hay que cambiar. Ciertamente, cuando nos otorgan un feedback negativo, entramos en un proceso de entendimiento de algunas conductas o comportamientos que podríamos estar realizando de forma equivocada. Pero, un feedback negativo también puede arrojar luces sobre costados o condiciones personales de las cuales no somos estrictamente conscientes. Nos referimos a que las otras personas pueden notar debilidades que ni siquiera sabíamos que poseíamos. En este caso, cambiar quizás no sea posible, pero sí tomar conciencia de aquello que forma parte de nuestro ser. Un ejemplo de ello podría ser una persona que piensa de sí misma que es una gran comunicadora, pero la realidad y las percepciones de las otras personas se alejan mucho de la percepción que ella tiene de sí misma. Entonces, esa persona, en vez de empeñarse en querer cambiar algo intrínseco de su propio ser, más bien se ocupó de involucrar a su entorno laboral en la manera de trabajar con esa falla. Es precisamente en ese proceso de tomar conciencia, donde habrá que buscar maneras también de que las propias debilidades jueguen a favor y no en contra. De hecho, una excelente respuesta a un feedback negativo puede ser simplemente admitir las fallas y comprender que hay cosas que no se podrán cambiar: dejar fluir lo que no se puede cambiar podrá resultar en una liberación de la energía que permitirá cambiar las cosas que sí podemos cambiar.

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