Tener éxito en el trabajo no se trata simplemente de cumplir satisfactoriamente con todas las tareas, sino también de aprender a aprovechar el tiempo para no sacrificar las horas de descanso y evitar terminar las cosas en el último momento. De igual manera, cabe señalar que para tener un buen desempeño en el trabajo es necesario tener hábitos saludables y llevar una dieta balanceada. De lo contrario, será muy complicado tener la energía suficiente para enfrentar de manera adecuada los desafíos que surjan día a día.
Por otro lado, es importante mencionar que con la pandemia muchos trabajos se empezaron a hacer desde la casa y esto ha traído varias complicaciones tanto para los empleados como para los jefes. Pues al estar en casa se puede tener muchos distractores y también es muy posible que se empiecen a adquirir hábitos dañinos que afectan la productividad.
Así que si eres de los que está bajando la productividad y cada vez tienes menos motivación para hacer las cosas bien, ve a echar un vistazo a una lista de malos hábitos que aparece a continuación. Hábitos que según los expertos son la causa principal del bajo rendimiento de un empleado.
Estresarse demasiado por todo
Como bien sabes, en muchas ocasiones es imposible controlarlo todo y es mejor aprender a vivir con eso. De no ser así, el estrés puede aumentar de forma significativa y esto puede llevar a disminuir en gran medida la productividad. Por esto es muy importante que en lugar de estresarte aprendas a organizar de manera adecuada tu tiempo para que puedas cumplir sin problema con los deberes que están a tu cargo.
Por otro lado, ten presente que cuando te estresas demasiado tiendes a tener bloqueos mentales y es posible que tomes más tiempo del necesario realizando cada una de tus tareas. Entonces, si aún no has comenzado a controlar tu estrés este es el momento apropiado para que lo hagas y superes lo más pronto posible esta dificultad.
Algo que te puede ayudar mucho es organizar de forma realista tu agenda, eliminar las tareas diarias que solo te quitan tiempo valioso pero que no te suman y resolver todas tus dudas de forma adecuada para que evites todo tipo de errores.
Ir enfermo a trabajar
Ya sea que trabajes desde casa o que tengas que ir de forma presencial a la empresa, trabajar estando enfermo puede ser una verdadera pesadilla. Sin contar que al no estar bien de salud puedes estresarte el doble y esto puede causar que tu estado empeore. Por lo que es indispensable que tengas mucho cuidado con este aspecto, pues necesitas estar bien de salud para poder tener un buen rendimiento en el trabajo.
Así que si te sientes muy mal y no estás en condiciones de trabajar, lo mejor es que se lo hagas saber a tu jefe lo antes posible para que no te asigne más tareas. Lo más seguro es que tu jefe agradezca que le digas a tiempo que no puedes llevar a cabo ciertas funciones por unos días mientras te recuperas. Recuerda que los jefes suelen organizar una larga agenda para llevar a cabo sus proyectos y a veces les queda muy complicado solucionar problemas de última hora, entonces no dejes pasar mucho tiempo y avisa lo antes posible de esta situación. Así tu jefe podrá buscar otra persona para que realice dichas labores en tu lugar.
Ser muy negativo
Si llenas tu mente de pensamientos negativos es muy probable que no tengas la mejor disposición para realizar tu trabajo de manera adecuada. Pues ya estás condicionado pensando que todo va a salir mal y que no vas a poder superar las dificultades. Por esta razón, es muy importante que cuides tus pensamientos y procures pensar siempre de forma positiva. Ten presente que esto te permitirá pensar con cabeza fría en situaciones complicadas y además, te ayudará a controlar de forma significativa el estrés. Lo que sin duda te puede ser muy útil para aumentar tu productividad y destacarte por tu buen desempeño como empleado.
Ahora, puede que estés pensando que tu trabajo representa muchos retos y que a veces las cosas te salen de las manos, o que no todos los días estás con la mejor actitud, y claro que esto puede pasar. Sin embargo, la idea es que desde ahora empieces a controlar estos pensamientos negativos y te enfoques en buscar soluciones efectivas a los problemas que enfrentas en tu jornada laboral.
Recuerda que si algo no funciona no necesitas quejarte o frustrarte al respecto para sentirte peor. Lo que necesitas es actuar lo antes posible, y evitar que dicha dificultad avance. Si es necesario pídele ayuda al líder de tu equipo o a tu jefe, pero por ningún motivo te quedes con los brazos cruzados esperando a que la solución llegue del cielo. En caso de que te sea muy complicado comunicarte con tu jefe o con el líder de tu equipo porque tienen agendas muy apretadas, intenta hablar con alguno de tus colegas que conozca del tema y te pueda asesorar. Eso sí, en caso de una emergencia es mucho mejor que hables con tu jefe directo.
Quedarse en el error
Los errores son los mejores maestros que puedes tener, pero sólo tú decides si quieres aprender de ellos o no. Por esto, es de vital importancia que nunca dejes de corregir tus errores y hacer lo posible por no volver a caer en estos. De lo contrario, tu productividad no va a aumentar, vas a estar más estresado de lo normal, tu jefe se llevará una muy mala impresión de ti, y por si fuera poco, vas a estancar tu crecimiento como empleado.
Normalmente, los jefes dan a sus empleados consejos para mejorar su desempeño y además les hacen saber sus principales errores al momento de realizar sus tareas. Lo que te puede ser bastante útil para identificar tus puntos débiles y empezar a trabajar lo antes posible en estos para corregirlos. De este modo, tu jefe será testigo de tu esfuerzo por mejorar cada día más y lo más seguro es que tengas mayores posibilidades de ascender o mejorar tus condiciones laborales.