Si en los próximos días vas a presentarte a una entrevista de trabajo debes saber que aunque estés preparado hay muchas situaciones incómodas que pueden surgir. Por eso es de vital importancia que intentes controlar tus nervios para que estos no te jueguen una mala pasada y puedas tener un mejor desempeño durante tu entrevista.
De igual manera, es importante que aprendas a reconocer algunas señales que indiquen que algo está fallando en la entrevista de trabajo y que sepas exactamente cómo solucionar rápidamente este tipo de situaciones. Pues de este modo, estas situaciones difíciles no te tomarán por sorpresa y evitarás que jueguen en tu contra.
En caso de que estés interesado en conocer algunas de las señales de alerta más comunes en una entrevista y cómo actuar ante estas no dudes en echar un vistazo a la lista que aparece a continuación.
Hay tensión en el ambiente
Todas las personas pueden tener un mal día y reaccionar mal ante distintas situaciones. Esto es totalmente normal y no deberías enojarte con el entrevistador si notas que no tiene una buena disposición. Recuerda que por lo general, estas personas deben hacer muchas entrevistas durante el día y es posible que estén cansados o que simplemente no estén de buen ánimo. Así que evita a toda costa dejarte afectar por esto, o pensar que cometiste un error y que esa es la razón de su enojo.
Igualmente, procura tener en todo momento una buena actitud, esto ayudará a que la entrevista fluya mucho mejor, y es muy posible que el reclutador se contagie de tu buena energía y que cambie un poco su mala actitud. Sin contar que el hecho de mantenerte positivo te ayudará a responder mejor cada una de las preguntas que te formulen y a controlar de manera adecuada tus nervios.
Eso sí, ten muy presente que el hecho de tener una buena actitud no significa que hagas chistes o bromas que no tengan nada que ver con la entrevista. Se trata de que muestres una buena disposición a contestar cada una de las preguntas y a realizar cada una de las pruebas. Así mismo, enfócate en hablar de los beneficios que podría obtener la empresa si decide contratarte, los proyectos en los que podrías colaborar, las ideas que tienes para mejorar como profesional y hacer mejores aportes a la empresa. Con todo esto vas a lograr no sólo que el reclutador aumente su interés en tu perfil profesional, sino que también ayudarás a mejorar en gran medida el ambiente.
Tus preguntas no son relevantes
Otro aspecto que puede complicar un poco la entrevista son las preguntas irrelevantes, es decir, preguntas que no aporten nada a la conversación y que no lleven a ningún lado. Ten presente que no es labor del reclutador hacer buenas preguntas, sino que eres tú quien necesita mostrar interés y compromiso por el empleo.
Por este motivo, es fundamental que antes de presentarte a la entrevista investigues las preguntas más relevantes que puedes hacer y que prepares una buena respuesta a cada una de estas. Claro está, que en tus respuestas debes ser totalmente honesto, no se trata de que te muestres como el mejor diciendo mentiras o exagerando, se trata de que desde tu lugar como profesional busques tus mejores herramientas para destacarte. Recuerda que en la mayoría de los casos, los reclutadores se encargarán de hacerte una prueba para verificar que lo que mencionas es cierto.
Del mismo modo, cabe señalar que una de las mejores preguntas que puedes hacer es ¿usted considera que soy un candidato apto para ocupar dicho puesto de trabajo? También podrían decir: “Me gustaría saber qué esperan de mí en caso de ser seleccionado para el empleo”. Igualmente, puedes hacer preguntas relacionadas a dudas puntuales sobre horarios laborales, tipo de contrato, funciones, metología de trabajo, objetivos de la empresa, etc. Ahora, antes de hacer cualquiera de estas preguntas, asegúrate de que la respuesta no esté en la descripción del empleo o en la página web oficial de la empresa. Pues si haces alguna pregunta que ya fue contestada previamente puedes quedar mal y esto puede jugar en tu contra.
Caer en la monotonía
Es muy importante que te quites de la cabeza que la dinámica a seguir en una entrevista es limitarte a contestar cada una preguntas que te haga el reclutador. La idea es que entables una conversación, que tú también hagas preguntas, que hagas comentarios que aporten al momento, que no veas la entrevista como un momento estresante sino como una oportunidad de aprender. De lo contrario, la entrevista se va a volver aburrida, no va a tener ningún ritmo y lo único que conseguirás es que el reclutador pierda interés en ti y te pida que te retires de su oficina.
Así que además de hacer preguntas relevantes, busca buenos ejemplos que te ayuden a dar soporte a tus respuestas y a contextualizar cada situación que plantees. La idea es que vayas más allá en la entrevista, que no busques solamente responder las preguntas del reclutador sino que también tengas como objetivo aprender todo lo que puedas del proceso de selección. Pues en la mayoría de los casos los candidatos reciben muchas claves importantes que les servirán no solo en trabajo en caso de seleccionados, sino también en experiencias futuras.
Por otra parte, no olvides que el reclutador analizará muy bien tu actitud frente a la entrevista. Así que evita mostrar que estás ahí únicamente para cumplir un requisito y que sólo quieres salir de esa oficina lo más pronto posible. El reclutador se puede llevar una muy mala imagen de ti y lo más probable es que descarte tu perfil para el puesto. En caso de que no que la entrevista se está volviendo monótona y aburrida, intentar actuar lo antes posible, ya sea haciendo una buena pregunta o un aporte relevante. Esto te permitirá impresionar al reclutador y cambiar para bien el rumbo de la entrevista.