Por lo general, al momento de aplicar a un trabajo se tienen en cuenta las fortalezas y las habilidades de una persona en un campo determinado. Sin embargo, hay que tener presente que detrás de estas fortalezas también hay debilidades, o aspectos relacionados con la personalidad que pueden convertirse en una dificultad al momento de realizar las tareas laborales.
Por ejemplo, puede que una persona tenga muchos conocimientos en un área y la domine perfectamente, no obstante, es posible que esta persona sea muy reservada con todos sus conocimientos y que no saque el mayor provecho de estos. Es decir que no cree ideas innovadoras para el progreso de la empresa y que no comparta lo que sabe con los demás colegas para aumentar la productividad. Así que de nada sirve estudiar y saber mucho sobre un tema, si este conocimiento no genera ningún fruto.
Y así como el ejemplo anterior hay muchos casos en los que la personalidad puede ser un obstáculo en la carrera profesional de una persona. Si te interesa saber cómo puedes controlar tus debilidades y mejorar tus fortalezas al momento de trabajar, te invitamos a echar un vistazo a los consejos que te damos a continuación.
1. Tómate el tiempo suficiente para comprender tus debilidades
Para empezar, es muy importante que identifiques las causas y las consecuencias de tus debilidades al trabajar. De este modo, podrás entender mejor tu personalidad y te será más fácil crear estrategias para superar las dificultades que tienes para realizar de manera adecuada tus funciones.
Por otra parte, analiza tu actitud frente a tu trabajo, y piensa en la relación que tienes con tu jefe y con tus colegas. Mira si la comunicación que tienes con tus compañeros y superiores es efectiva o si por el contrario, es muy complicado llegar a un acuerdo y entenderse bien al momento de trabajar en equipo.
Igualmente, determina si tu comportamiento está creando una barrera para que esta relación no sea la mejor y se preste para malentendidos. Recuerda que contar con un ambiente laboral agradable es fundamental para aumentar tu productividad y al mismo tiempo, para perfeccionar tus capacidades como profesional.
Finalmente, analiza tus fortalezas, determina si realmente las estás utilizando a tu favor, o si por el contrario estas te están perjudicando. Puede que seas una persona muy segura de sí misma, lo cual te ayudará a mantenerte positivo y a luchar siempre por lo que quieres sin importar los problemas.
Sin embargo, si el hecho de ser confiado no te permite aceptar otras opiniones y escuchar los consejos de los demás, esto también se puede convertir en una debilidad. Pues todos los seres humanos cometen errores y en ocasiones es necesario contar con la opinión del otro.
2. Aprende a controlar tus flaquezas
Algo que te puede ser muy útil en este caso es que hables con tus colegas y tus superiores para pedirles que te den su opinión acerca de tu desempeño como empleado. No olvides pedirles a todos que sean completamente honestos y que te den consejos para mejorar cada vez más tu desempeño. Así que prepárate para recibir críticas, hazle saber a todos que estás comprometido con la empresa y que quieres aprender un poco más de tu profesión.
De igual manera, asegurate de escuchar atentamente todas los comentarios que recibes, y toma de nota de los puntos más importantes para que los tengas en cuenta al momento de planear una estrategia para mejorar lo que no está funcionando. Igualmente, tomate el tiempo para hablar con tus familiares y amigos sobre tus capacidades y debilidades. Ellos te conocen bastante bien y además te tienen más confianza, por lo que los comentarios que recibas serán completamente sinceros.
Por otro lado, ten en cuenta que no vas a estar ocupando el mismo puesto toda la vida o tampoco vas a trabajar siempre con las mismas personas, entonces considera los cambios que se pueden presentar. Por ejemplo, es posible que obtengas un ascenso, que cambies de jefe, que tengas que trabajar con un equipo nuevo o que surjan proyectos de mayor dificultad. Por lo que es de vital importancia que pienses en todos estos factores y busques posibles soluciones, y de este modo, puedas mantener un alto rendimiento en el trabajo.
Para terminar, necesitas cambiar los comportamientos o hábitos que te estén afectando, y aprovechar esto para identificar otros aspectos que no te permitan avanzar en tus proyectos. Por esto es fundamental que tomes nota de todo lo que te digan las personas que te rodean y realices los ajustes necesarios para que puedas construir tu propia personalidad y aprendas a controlarla en situaciones críticas.
3. Adáptate a los cambios
Esto puede ser un poco difícil al principio, ya que estás acostumbrado a comportarte de cierta manera y a llevar un ritmo de trabajo diferente. Ten presente que todo es un proceso y los buenos resultados no van a surgir de la noche a la mañana, por lo que es necesario que seas muy paciente y sobre todo que trabajes muy duro para alcanzar todos tus objetivos. Con el tiempo vas a descubrir todos los beneficios que van a generar estos cambios y te sentirás mucho más cómodo con tu trabajo.
Del mismo modo, esto te ayudará a identificar otro tipo de debilidades o problemas y a evitar que estos tomen fuerza y que lleguen a afectar completamente tu rendimiento. Aparte de esto, podrás mejorar tu reputación en la compañía, sobresalir por tu excelente labor, y demostrarle a tu jefe que eres el mejor empleado.
Si es necesario haz una lista de los hábitos que necesitas cambiar y ponla en un lugar visible para que estés recordando todo el tiempo lo que necesitas evitar. También, ponte metas a corto o a largo plazo para que vayas midiendo tu progreso y aumentes de manera significativa tu productividad.
Igualmente, asegúrate de que tu agenda está completamente conectada con los cambios que quieres implementar en tu jornada laboral y así no sea en vano toda la labor que has venido realizando para sobresalir en la compañía.