Para empezar, es importante mencionar que gestionar el tiempo de manera exitosa no solo significa que aprendas a ahorrar tiempo en tu jornada laboral sino que también logres realizar tus tareas de manera adecuada. Por esto es muy importante que analices muy bien la manera cómo puedes alcanzar este objetivo sin que la calidad de tu trabajo se vea afectada.
Aparte de esto, el hecho de gestionar tu tiempo perfectamente te ayudará a tener un buen balance entre tu vida laboral y personal. Por lo que no será necesario que sacrifiques tus horas de descanso y esparcimiento para cumplir con los proyectos que están a tu cargo y al mismo tiempo, tendrás energías suficientes para dar lo mejor de ti en tu día a día.
Aprende a establecer tus metas
Ten presente que no se trata únicamente de que establezcas metas a futuro para tu carrera profesional y tu trabajo, sino que también consideres establecer metas diarias. Con esto cada día tendrás un objetivo claro y evitarás a toda costa perder el tiempo en actividades que no te sumen y dejarás a un lado cualquier pensamiento negativo que puede estancarte en tus proyectos.
Eso sí es importante que te asegures de que dichas metas sean realistas, importantes, específicas, y sobre todo, que puedas llevarlas a cabo dentro del tiempo establecido. Si quieres hacer una buena labor al momento de plantear tus metas diarias primero necesitas analizar tu jornada laboral. Es decir que necesitas determinar qué tareas sí te suman y qué tareas solo te hacen perder el tiempo, igualmente, es importante que evalúes tus capacidades y que determines cuánto tiempo necesitas para terminar de manera adecuada cada tarea.
También es necesario que contemples la posibilidad de pedir asesoramiento de tus colegas o de tu jefe ya sea para resolver dudas o para aprender nuevas habilidades que te permitan alcanzar con mayor facilidad tus metas. Ahora, si tu jefe no suele ofrecer asesoramiento o ya has solicitado y no has recibido, lo mejor es que te prepares por tu cuenta o que pidas ayuda a alguno de tus compañeros. Eso sí, evita quedarte con dudas que puedan afectar no solo la calidad de tu trabajo sino también tu productividad.
Dale prioridad a las tareas más urgentes
Una vez hayas descartado las tareas que no te suma en lo absoluto, te quedarán únicamente tareas importantes en tu lista. El paso a seguir es revisar los plazos de entrega para organizar en tu agenda de tal manera que las tareas más urgentes queden en primer lugar y las demás después. Con esto, evitarás atrasarte en tus proyectos, y en caso de que tengas algún problema tendrás un poco más de tiempo para darle una solución efectiva.
Ahora, es muy posible que tu jefe en muchas ocasiones sea quien te haga perder tiempo en reuniones innecesarias, contestando llamadas o correos, o simplemente haciendo actividades que no tienen nada que ver con tu cargo. En dicho caso, es fundamental que hables directamente con tu jefe y le expliques que tienes demasiado trabajo y que si haces todo lo que te está pidiendo te vas a retrasar demasiado en los proyectos de mayor relevancia. Lo más probable es que tu jefe decida evaluar la situación y así llegar a buen acuerdo contigo.
Entonces, no tengas miedo a hablar, lo importante es que tengas buenos argumentos y que lo hagas con mucho respeto para que tu jefe sepa comprender tu situación y te brinde la mejor solución. Ten presente que en muchas ocasiones los jefes tienen demasiado trabajo y no se fijan en la carga laboral que tiene cada empleado. Razón por la cual, suelen asignar tareas sin tener en cuenta otras de las responsabilidades que tiene su equipo de trabajo.
Haz un seguimiento constante de tu desempeño como empleado
Si empiezas a gestionar mejor el tiempo, lo más probable es que puedas aumentar tu productividad cada vez más. Por lo que también es necesario que empieces a hacer un seguimiento de tu día a día en el trabajo, no solo para ver tu progreso y tus logros, sino también para identificar aquellas dificultades que más te ha costado resolver. Así podrás conocerte un poco más como empleado y empezarás a identificar tus mayores debilidades, por lo que luego te será más fácil encontrar técnicas o metodologías de trabajo que te ayuden a corregir tus errores y a destacarte cada vez más por tu excelente desempeño.
Ahora, presta mucha atención a las críticas constructivas que recibas, pues son precisamente estas las que más te ayudarán a mejorar. Aquellos comentarios malintencionados que recibas déjalos pasar y no les des ni la más mínima importancia, estos solo te van a estancar y te quitarán de vista tu verdadero objetivo. Por este motivo, es de vital importancia que aprendas a diferenciar entre una crítica que te ayude a crecer y una que solo te desanime y te haga pensar cosas muy negativas sobre ti mismo. Así puedes mantener arriba la motivación y tener una buena disponibilidad para enfrentar los obstáculos que se presenten en tu día a día.
Aprovecha al máximo todos los beneficios que te ofrece tu jefe
En muchos casos, los jefes ofrecen muchas ayudas o beneficios a sus empleados y estos no las aprovechan mucho o simplemente no prestan mucha atención a esto y lo terminan olvidando. Así que pregunta si hay algún grupo de apoyo que te pueda colaborar resolviendo dudas o dándote a conocer herramientas para gestionar mejor tu tiempo. También revisa si tu jefe tiene un horario especial para asesorar a los empleados y agenda una cita lo antes posible.
Por otro lado, es necesario que identifiques si hay algunos eventos importantes como ferias empresariales a los que la empresa te brinde la oportunidad de asistir. Igualmente, mira si tienes otros beneficios como delegar tareas de menor importancia a otras personas de tu equipo de trabajo o si simplemente algunas de estas son totalmente opcionales. Todo esto te servirá muchísimo para perfeccionar tus habilidades y para ahorrar mucho más tiempo en cada una de tus tareas. Lo que quiere decir que alcanzarás tu meta más pronto de lo que crees.